martes, 17 de diciembre de 2013

El uso de los medio convencionales.



En las siguientes entradas nos vamos a centrar en los medios convencionales más utilizados en otras épocas educativas y que actualmente en su mayoría están en desuso.

Por eso, antes de empezar creo necesario reflexionar sobre el uso que se realizan de los materiales en el aula y su aplicación con los alumnos.

Antiguamente, se excusaban en la falta de información y sobre todo en qué antes, el diagnostico de las discapacidades era muy diferente, llegando a recurrir siempre a una escolarización en centros de educación especial e incluso ni si quiera eran escolarizados.

Hoy en día, las cosas han cambiado y cada vez más la legislación favorece una escuela integradora e inclusiva de calidad pero en la que falla la utilización de materiales.

Frente a esto, me pregunto ¿Tan difícil es encontrar un punto intermedio en el que tengamos una legislación que nos amparen unido a una utilización óptima de los recursos?


Es evidente, que la sociedad avanza y con ella la tecnología. Pero lo que sí que podemos hacer es adaptar los materiales para que sigan siendo útiles, ya que todos cumplen una función que les convierte en únicos.

Por ejemplo, aunque aparecen las pizarras digitales donde se puede escribir y que no se borre los papelógrafos nos pueden servir para trabajar en pequeños grupos dentro del aula y que la información en la que cada uno de ellos trabaja no desaparezca, teniendo en cuenta que todos pueden ir trabajando al mismo tiempo sin la necesidad de una pizarra digital por grupo.

Así también, nos encontramos con el caso del retroproyector. En este sentido la capacidad que nos ofrece de poder reflejar las cosas, aumentado o disminuyendo su tamaño es único para favorecer en este caso a los alumnos con necesidades educativas por discapacidad visual.


En este punto, abro un espacio para reivindicar el uso imprescindible que tienen todos los materiales convencionales que les convierte en únicos e insustituibles.


Pero eso sí, no debemos olvidar que todo esto es posible si el maestro se implica al 100% en su trabajo, preocupándose por sus alumnos ofreciéndoles a cada uno de ellos lo que necesita en cada momento.

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